Parashat 04

Génesis 18:1 – 15.
La Torá inicia el relato de esta porción describiendo a Abraham reposando en su tienda, y esto podría deberse a lo que había acontecido momentos antes (el pacto de la circuncisión que le había ordenado realizar El Eterno). Sin embargo, y no importando ni la convalecencia de Abraham ni la edad, él sale corriendo a recibir a tres “varones” que llegaron, ofreciéndoles alimentos y hospitalidad para continuar su camino, y les pide esperar a que les traiga todo lo que prepararon para comer. Uno de ellos le hace la promesa a Abraham que Sarah tendrá un hijo de su vientre, lo cual provoca un poco de incredulidad en ella debido a la edad de ambos esposos. Sin embargo, este acto no es bien recibido por quien le había respaldado esa promesa.

Génesis 18:16 – 19:38.
En este momento, El Eterno le revela a su siervo Abraham los planes que debía ejecutar sobre Sodoma y Gomorra, porque el clamor de la gente oprimida de esos pueblos había llegado a los oídos del Eterno y entonces Él iría a confirmarlos. Debido a esa revelación Abraham inicia un proceso de negociación-intercesión por las almas de esos pueblos, sin embargo, no logró que cambiara el decreto y La Torá nos detalla todo lo que acontece previo, durante y después de la destrucción de esos pueblos. En él durante, La Torá nos relata como los ángeles que fueron enviados para rescatar a Lot, sobrino de Abraham, hicieron todo lo que se les había ordenado para salvar la vida de él y de su familia, y posterior a la destrucción que sucedió sobre esos pueblos, la relación incestuosa que provocan las hijas de Lot con su propio padre, naciendo un hijo de cada una que darían origen a dos pueblos que serán muy relevantes a lo largo de Las Escrituras: Moabitas y Amonitas.

Génesis 20:1 – 18.
En esta parte de la porción, La Torá nos muestra un episodio en la vida de Sarah y Abraham, donde nuevamente y debido a la belleza cautivadora de ella, es secuestrada por el gobernante de ese lugar para tomarla como su mujer. Sin embargo, eso no es permitido por El Eterno, quien le habla en sueños a este Abimelec, advirtiéndole el grave peligro de muerte que está enfrentando si llegara a tocar a Sarah. El Eterno ve que él había actuado con buenas intenciones y le ordena que la regrese a su esposo y además les entrega muchas riquezas y posesiones y a cambio de esos favores, Abraham ora y El Eterno permite que puedan tener hijos, debido a que El Eterno había cerrado toda posibilidad de que las mujeres se embarazaran.

Génesis 21:1 – 21.
La Torá nos narra el cumplimiento de la promesa del Eterno que les dio a Sarah y Abraham, y nace Isaac, el hijo de la promesa, y se hace una gran celebración, dejando constancia de que Abraham practica la circuncisión a su hijo recién nacido en el tiempo que El Eterno le había ordenado cuando estableció ese Pacto (Brit Milah). También vemos a detalle lo que acontece con Agar, la sierva de Sarah, quien había tenido el primero hijo de Abraham, y porque razón ella es echada junto con su hijo Ismael del campamento de Abraham y Sarah y enviada a vagar al desierto. Es aquí donde ella escucha al Eterno y recibe la promesa sobre su hijo Ismael, solo por tratarse de que Abraham es su padre.

Génesis 21:22 – 34.
Nuevamente La Torá menciona un acontecimiento, donde aparece nuevamente Abimelec, haciendo un pacto con Abraham acerca de comprometerlo a ser cuidadoso y misericordioso con su descendencia después de él. Abraham acepta hacer pacto con Abimelec, aprovechando lo referente a que se le reconociera la propiedad de un pozo de agua. Nos dice La Torá que Abraham se quedó viviendo en tierras filisteas por un largo tiempo.

Génesis 22:1 – 24.
La Torá concluye la porción con la narración de la prueba más fuerte, importante y relevante en la vida de Abraham y de la humanidad en general, porque El Eterno le pide a Abraham que lleve a su hijo Isaac, su único hijo y a quien él amaba, a un monte para que allí lo ofreciera en sacrificio. Abraham fiel a su costumbre y sin replicar o cuestionar, pone manos a la obra y llega al lugar indicado por El Eterno para ofrecer a su hijo en sacrificio, sin embargo, El Eterno lo detiene confirmándole que había sido obediente al no haberse reusado a entregar a su propio hijo a la muerte. Termina el relato con la noticia que le es dada a Abraham sobre su hermano Nacor, que había tenido ocho hijos, dentro de los cuales La Torá hace el énfasis sobre el padre de Rebeca, la cual será muy relevante más adelante en La Torá.