Parashat 46

Deuteronomio 7:12 – 26
Moshé le hace una importante reiteración al pueblo de Israel: “Que si se mantienen en obediencia a Los Mandamientos del Eterno y poniendo en práctica todo lo que establece en La Torá”, entonces vendrán como consecuencia muchas bendiciones, y El Eterno mismo saldrá por delante de ellos para entregarle a sus enemigos y conquistar las tierras. Y Moshé les recuerda que no deben tener miedo porque saben quién estará peleando por ellos si se mantienen en obediencia. Termina Moshé esta reiteración con la advertencia de no dejar con vida a esos pueblos paganos ni mucho menos tomar de sus posesiones ídolos falsos ni cosas abominables para meterlas a sus casas, porque eso les traerá la destrucción y una gran calamidad.

Deuteronomio 8:1 – 20
Continúa Moshé reiterándole a los del pueblo que se mantengan en obediencia y en poner por obra todos Los Mandamientos del Eterno, que siempre recuerden como fue que El Eterno los sustentó en todo el desierto, les recuerda el maná que comieron luego de haber sido afligidos para tener hambre, también les hace hincapié en que ni sus vestidos ni su calzado se desgastó en esos 40 años de viaje por el desierto. Y le menciona al pueblo, lo que en la tradición se conoce como: “los siete frutos de la tierra de Israel”, los cuales si se mantienen en obediencia, los cultivarán y cosecharán con gran abundancia, y finaliza nuevamente con el recordatorio de: “No te olvides de tu Dios”, recuerda todo lo que Él ha hecho por ti, desde que lo conociste hasta el día de hoy, que nada de lo que tienes lo has logrado por ti mismo ni por tu propia mano o esfuerzo ni mucho menos por tu inteligencia; y por ningún motivo te vayas a adorar a otros dioses, porque la consecuencia es fatal.

Deuteronomio 9:1 – 5
Moshé toma en este capítulo una actitud de reiteración muy importante, primero dejando claro al pueblo de que fueron escogidos por El Eterno y que Él es quien ha hecho todas las cosas, que ellos por su propia mano o por su propia justicia no lograrían conquistar la tierra ni hacer nada más.

Deuteronomio 9:6 – 29
Y en segunda instancia, todo lo acontecido con las rebeliones que han tenido en contra del Eterno, mencionando el pecado de la adoración al becerro de oro en el monte Sinái, explicándoles con detalle todo lo acontecido mientras ellos pecaban y se hundían en la depravación, como El Eterno los iba a borrar de la tierra, y las demás rebeliones y quejas contra El Eterno, pero Moshé salió como un intercesor, una y otra vez, y El Eterno los perdonó.

Deuteronomio 10:1 – 11
Moshé trae a la memoria cuando El Eterno le dijo que elaborara otro juego de tablas, para remplazar las que Moshé había quebrado en el monte Sinái. Y da detalle de como fue el proceso y en donde las colocó para que permanecieran junto con el pueblo.

Deuteronomio 10:12 – 22
Moshé le menciona enérgicamente al pueblo, las cosas que El Eterno exige y entre ellas, es que cada uno, tanto hombres como mujeres, como niños y ancianos, procedan a realizarse la “circuncisión del corazón”, porque de esa manera dejarían de mostrarse y de ser rebeldes a Los Mandamientos del Eterno.

Deuteronomio 11:1 – 25
Moshé le recuerda al pueblo lo grande y poderoso que es El Eterno, y cómo ha traído juicio a todo aquel que se levanta contra Él y contra su pueblo, y que no duden ni desconfíen, pero vuelve a reiterarles: “Obedezcan y pongan por obra”. Y les reitera nuevamente que el producto de esa obediencia rigurosa a La Torá del Eterno provocará que posean la tierra que El Eterno ha prometido a sus antepasados; y hace una repetición del Shemá Israel, dejando mucho énfasis en lo que significa pasar ese entendimiento y cumplimiento de la obediencia a Los Mandamientos, a las generaciones futuras.